Los segundos son clave para el éxito de un trasplante y esto lo saben en el Incucai y también los médicos del Sanatorio de Niños que están atendiendo al pequeño de 8 años, oriundo de Funes, que fue diagnosticado con una hepatitis fulminante de origen desconocido.

Ante la gravedad del caso, los médicos inscribieron al menor al listado de emergencia nacional del Incucai, en espera de un órgano cadavérico. Mientras tanto, empezaron a estudiar a los familiares para ver si se podría realizar un trasplante con un órgano de un donante vivo relacional.

En eso estaban cuando se activó el protocolo del Incucai y los especialistas se comunicaron con sus pares rosarinos para informar de la existencia de un hígado compatible con el niño de Funes de un adulto de La Pampa, que había fallecido en un accidente de tránsito.

El operativo comenzó en La Pampa, donde se produjo la primera cirugía para ablacionar los órganos del donante, que además del hígado donó otros órganos.

Una vez retirado el hígado los médicos regresaron a Rosario, donde otro equipo de médicos esperaba ya trabajando con el pequeño.

"El Incucai nos propone un donante, nosotros lo aceptamos y una parte del equipo viajó a La Pampa a buscar el hígado. Al mismo tiempo, otra parte del equipo hace la cirugía en el paciente receptor, sacando el hígado enfermo del niño", precisó el coordinador del operativo, Alejandro Costaguta.

El profesional agregó que "se donan todos los órganos de la persona fallecida, el Incucai distribuye de acuerdo a las prioridades que ordena por su lista. A nosotros, por estar en emergencia nacional, nos tocó la prioridad de hígado en todo el país".

Una vez arribado el avión al aeropuerto de Fisherton, los médicos se trasladaron a un helicóptero sanitario que los aguardaba allí. El coordinador de toda la logística, Juan Pablo Pioli, comentó que "teníamos el problema de la niebla", pero el helicóptero pudo sobrevolar la ciudad. "En tres minutos llegó desde Fisherton hasta el helipuerto del Sanatorio Parque", explicó.

Los pasos fueron dados con inteligencia, precisión y rapidez para que no se desperdiciara ni un minuto, que para el niño internado son fundamentales, ya que permiten que el órgano llegue en buen estado.

Todo funcionó a la perfección y los cirujanos realizaron primero una cirugía en el hígado recibido para adaptarlo al tamaño del niño receptor.

Finalmente se realizó exitosamente la implantación de este órgano y el niño evoluciona favorablemente.