Este cultivo, conocido también como "maíz de guinea" por su origen en el Golfo de Guinea en África, es fundamental en la producción de escobas tradicionales. Las fibras largas y flexibles de la panoja de esta planta se utilizan desde hace 300 años en la fabricación de escobas y cepillos. Aunque el sorgo cultivado para grano es más común en Argentina, el sorgo escobero se destina a pequeñas producciones familiares y se cosecha de forma manual en provincias como Formosa, con variedades mejoradas por el INTA, como la Petaco INTA.

Este tipo de sorgo alcanza una altura de 1.7 metros y, bajo condiciones de poca lluvia, desarrolla un color amarillo-oro muy demandado en el mercado. El sorgo escobero simboliza tanto la limpieza doméstica como la iconografía de Halloween, evocando la imagen de las brujas en sus escobas. 

La producción en Argentina está orientada principalmente al mercado local, aunque también existe una pequeña exportación de estas fibras. Este cultivo representa un ejemplo de agricultura sustentable y prácticas tradicionales que continúan en el campo argentino.