En plena crisis inflacionaria, el Gobierno protagoniza su propio reality show

Nacionales 23 de octubre de 2022 Por Director
La Casa Rosada invirtió largas horas de su agenda en responderle al personaje mediático el "Alfa", mientras las peleas en clave de supervivencia dentro del Frente de Todos recuerdan escenas de la parodia política "Gran Cuñado".
3d3016bc9f1dcb77d04e3329678aadaa_L

Qué puede ser más valioso que el tiempo para un Gobierno como el que lidera Alberto Fernández, que corre contrarreloj para evitar que su gestión sea vista como un fracaso al final del mandato y que hoy debería sentirse apremiado en la búsqueda de soluciones para las demandas más acuciantes de la población.

Qué más necesario que el tiempo para Fernández y su equipo de colaboradores en momentos en los que la administración nacional solo atina a cruzar los dedos esperando que las medidas económicas que impulsa el Palacio de Hacienda rindan frutos -incipientes al menos- justo antes de que los argentinos sean convocados una vez más a las urnas, el año que viene.

En los albores de una nueva campaña electoral en el país, el oficialismo procura llegar a los próximos comicios presidenciales con una propuesta lo más competitiva posible, sabiendo que sus chances de rivalizar con Juntos por el Cambio (JxC) dependerán de la capacidad que muestren el jefe de Estado y compañía para generar esperanza de un futuro mejor, comenzando -lógicamente- por ¡bajar la inflación! o de mínima contener la disparada de los precios de los alimentos.

En un contexto de crisis que no admite, justamente, malgastar el tiempo ni las energías en otros objetivos que no resulten superadores y de interés nacional, el Gobierno acaba de destinar largas horas de su agenda diaria a involucrarse en una disputa primordialmente mediática con un participante del reality show de televisión "Gran Hermano".

En un acontecimiento institucional sin precedentes, e insólito por donde se lo mire, la Casa Rosada salió a responder comentarios filtrados aparentemente desde ese programa de TV: primero por intermedio de la portavoz Gabriela Cerruti y más tarde del propio

Fernández, herido en su buen nombre y honor por declaraciones injuriosas por parte de un personaje conocido como el "Alfa" (Walter Santiago, su verdadero nombre).

En medio de una coyuntura nacional que encuentra al Gobierno aún tratando de ahuyentar fantasmas de fin de ciclo y evitar un destino de Titanic viendo cómo se aproxima el iceberg de las elecciones 2023, el incidente desatado a partir del presunto audio del "Alfa" y la posterior réplica oficial adquirió ribetes tragicómicos en los últimos días.

"No me voy a quedar callado cuando me agreden", sostuvo Fernández, al desmentir los comentarios del participante de "Gran Hermano". En una semana en la que, además, el peronismo dejó en evidencia sus profundas grietas internas en la fragmentada celebración del Día de la Lealtad, el jefe de Estado se empantanó en una discusión ajena a las prioridades que debería plantearse hoy.

Un sketch en continuado

Cuestionada incluso por militantes kirchneristas en redes sociales, la reacción del Gobierno tras los supuestos comentarios de Walter Santiago casi que termina de convertir al Frente de Todos (FdT) en aquella casa de "Gran Cuñado" con la que años atrás se parodiaba en clave política al reality show más famoso de la televisión argentina desde la pantalla de Showmatch, el programa que conducía Marcelo Tinelli.

Es decir, un espacio -el oficialismo- en el que conviven a regañadientes funcionarios y dirigentes de distintas vertientes del peronismo que pugnan por cuotas de poder e incluso por su propia supervivencia en vísperas de las próximas elecciones generales: el albertismo, el massismo, el kirchnerismo, la agrupación ultra-K La Cámpora, los movimientos sociales, el sindicalismo justicialista, sectores del PJ más tradicional y/o afines a gobernadores, etcétera. Todos juntos en medio de un escenario siderúrgico en el que no parece posible prevenir fricciones ni chispazos al por mayor: cualquier coincidencia con la otrora casa de "Gran Cuñado" es pura casualidad...

Las disputas viscerales dentro del FdT convierten hoy a la coalición oficialista en un sketch permanente que, además, supone un final incierto y hasta risueño por momentos, si no fuera porque el destino de un país está en juego, nada más ni nada menos, con más de 47,3 millones de personas adentro y un índice de inflación que parece encaminarse hacia los tres dígitos.

En este marco, Fernández había logrado levantar su perfil la semana anterior, con la designación de tres nuevas integrantes de su Gabinete y un desafiante discurso en el cierre del 58° Coloquio de IDEA en Mar del Plata. Sin embargo, optó por evitar subirse a un escenario el pasado 17 de octubre, en ocasión del Día de la Lealtad peronista, pese a su rol de presidente del Consejo nacional del Partido Justicialista (PJ), y allanó el camino para que el díscolo Máximo Kirchner sea loado en Plaza de Mayo -ante una concurrencia menor a la esperada- por sectores del kirchnerismo duro y el aparato sindical vinculado al moyanismo.

Antes de concluir otra semana agitada, en esta ocasión por los comentarios del "Alfa" y una respuesta gubernamental que ofreció a

la oposición, en especial a JxC, un impensado motivo para intensificar su estrategia de polarización de cara a los comicios de 2023, Fernández sí encontró algo de protagonismo -productivo- durante un acto en Hurlingham, en lo que fue visto como un gesto de respaldo hacia el saliente ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta: "Juanchi" busca retener el poder en un distrito al que La Cámpora pretende alambrar como propio.

Además, el mandatario volvió a mostrarse -y a elogiar- a Daniel Scioli en un acto en el distrito de Pilar. El ex gobernador bonaerense, nuevamente a cargo de la embajada argentina ante Brasil tras su fugaz paso por el Ministerio de Desarrollo Productivo, estrechó recientemente su relación con Fernández y en filas albertistas no descartan incluso la posibilidad de que el jefe de Estado -en caso de desistir de competir él- lo erija como pre-candidato presidencial en representación de ese espacio el año que viene, en una eventual PASO del oficialismo, según pudo averiguar NA.

A esa contienda podrían confluir, siempre dentro de un terreno hipotético, postulantes de las distintas vertientes que conforman el FdT y por el lado del cristinismo, comenzó a tomar fuerza en los últimos días la probabilidad de que el "elegido" sea el actual ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro.

Fuentes del albertismo consultadas por esta agencia dijeron que al asumir Sergio Massa como "superministro" de Economía,

absorbiendo las carteras de Desarrollo Productivo y de Agricultura, Ganadería y Pesca, a Scioli le ofrecieron incluso como alternativa encabezar otra dependencia ministerial -Turismo y Deportes, por ejemplo-, pero el ex vicepresidente rechazó la propuesta: "Vine a reemplazar a un ministro (por Matías Kulfas), no a sacar a otro", argumentó en esa ocasión, antes de retornar a Brasil.

Te puede interesar