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¿Qué cambios traerá el ordenamiento del noroeste rafaelino?

El proyecto que ingresó al Concejo propone ordenar el crecimiento en el sector noroeste, proteger el suelo rural, regular nuevas actividades y fijar condiciones ambientales e hídricas para futuros desarrollos.

Locales26/11/2025RedacciónRedacción
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El Municipio elevó al Concejo Municipal el proyecto de ordenanza que establece el marco general y los lineamientos del Plan Periurbano-Rural (PPUR) del Noroeste de Rafaela, un documento extenso que busca definir qué puede hacerse —y qué no— en uno de los sectores más sensibles del distrito. El expediente delimita el área, fija objetivos, determina criterios ambientales y plantea un modo distinto de vincular lo urbano con lo rural.

Según detalla el proyecto, el sector a planificar está comprendido entre los límites con Lehmann y Roca, la trama urbana consolidada y la ruta provincial 70. Allí conviven hoy actividades industriales, logísticas, rurales, zonas de servicios y áreas que aún no cuentan con ordenamiento específico. La propuesta oficial intenta evitar el avance desordenado sobre suelos de alta calidad agrícola y, al mismo tiempo, permitir el desarrollo de nuevas iniciativas bajo reglas claras.

El documento incorpora una visión central: proyectar un territorio productivo, pero con compromiso ambiental. Desde esa idea se desprenden los objetivos generales: preservar la identidad rural, asegurar que cualquier emprendimiento respete la naturaleza hídrica del sector, promover actividad económica sin degradar el ambiente y favorecer la coexistencia entre usos urbanos y rurales.

Uno de los ejes más relevantes del plan aparece en la regulación hídrica. Para habilitar nuevas etapas, se toman como base los estudios realizados sobre el sistema del canal Oeste y las obras vinculadas al denominado Bajo Compagnucci. El proyecto fija sectores, coeficientes máximos de impermeabilización del suelo y condiciones técnicas que deberán cumplirse antes de avanzar con subdivisiones o cambios de uso. Esto busca evitar problemas de anegamiento en una zona de pendiente reducida.

El PPUR también crea Zonas de Interfaz, espacios donde pueden convivir actividades productivas, educativas, deportivas o turísticas, siempre que se adapten a las condiciones ambientales y de infraestructura definidas. Estas áreas funcionarán como transición entre la ciudad y el campo, superando la idea tradicional de un límite rígido.

Otro punto clave es la posibilidad de instrumentar convenios urbanístico-rurales con privados que quieran instalarse en el área, contemplando cesiones de suelo, obras de infraestructura o aportes específicos a la comunidad, según la escala del emprendimiento. A su vez, las primeras subdivisiones deberán ceder el 10% de la superficie para espacios verdes forestados o equipados, según cada caso.

El proyecto incluye además una primera etapa de habilitación, centrada en sectores donde las condiciones hídricas ya están resueltas y donde se busca impulsar suelo para actividades industriales, de servicios y comerciales. La segunda etapa quedará sujeta a nuevas obras y estudios.

La ordenanza propuesta también prevé actualizar el Código Urbano para integrar todas estas disposiciones y crear un ámbito permanente de consensos para decidir qué nuevos sectores habilitar, bajo qué condiciones y con qué criterios de sostenibilidad.

El texto, ahora en manos del Concejo, abre una discusión de fondo: cómo crecer hacia el noroeste sin repetir errores de expansión desordenada, equilibrando producción, ambiente y calidad de vida, en un territorio clave para la Rafaela que viene.

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