Augusto Rolando cerró su etapa legislativa con un balance de dos años de trabajo

El 10 de diciembre marcó el cierre de la etapa legislativa de Augusto Rolando en el Concejo Municipal de Rafaela. Su llegada al cuerpo se produjo dos años atrás, cuando Leonardo Viotti fue electo intendente y dejó vacante su banca, que fue ocupada por Rolando al continuar en el orden de la lista electoral.

Durante ese período, Rolando desarrolló una tarea legislativa que, según el balance presentado al finalizar su mandato, tuvo un fuerte anclaje territorial y un vínculo sostenido con vecinos e instituciones de la ciudad.

El informe destaca más de 250 recorridas barriales realizadas a lo largo de dos años, con presencia en los distintos sectores de Rafaela y contacto directo con miles de vecinos. A partir de esos encuentros, se canalizaron reclamos vinculados a servicios públicos, tránsito, convivencia urbana, seguridad vial, ruidos molestos y problemáticas sociales, muchos de los cuales derivaron en gestiones o iniciativas legislativas.

En el plano normativo, el balance señala el impulso de proyectos relacionados con la nocturnidad, la ludopatía juvenil, el uso del espacio público, la actualización de normativas vigentes, el ordenamiento del tránsito y el funcionamiento de distintas actividades económicas. Varias de esas propuestas surgieron, según se remarca, de demandas recogidas en los barrios y del intercambio con instituciones educativas, comerciales y sociales.

También se menciona la participación en instancias de formación y debate vinculadas a nuevas herramientas para la gestión pública, entre ellas el uso de inteligencia artificial aplicada al ámbito estatal, además de actividades orientadas a jóvenes y a la participación ciudadana.

Con el cierre de su mandato el pasado 10 de diciembre, Rolando dejó el Concejo tras completar los dos años de reemplazo, en un período atravesado por cambios políticos locales y por una agenda legislativa marcada por la cercanía con el territorio.

El balance presentado resume esa etapa y pone el foco en una concepción del trabajo legislativo asociada a la escucha directa, la presencia en los barrios y la construcción de respuestas a partir de la realidad cotidiana de la ciudad.