Según el relato inicial de la joven, a esa hora, cuando la calle Jaime Ferré está transitada pero los comerciantes aún no habían abierto sus negocios, ella había dejado a un niño en el jardín de infantes. Al regresar y tratar de abrir la puerta de la agencia, afirmó haber sido interceptada por dos hombres que la amenazaron con gritos y la forzaron a ingresar al local. Dentro, supuestamente la obligaron a abrir la caja registradora y se llevaron el dinero en efectivo disponible.

La Policía de Investigaciones (PDI) comenzó a investigar el caso y revisó las cámaras de seguridad municipales ubicadas en la intersección de las calles Destéfanis y Jaime Ferré. Sorprendentemente, los videos no mostraron ningún indicio de asalto a la hora y en el lugar mencionados por la empleada.

Ante esta revelación, la PDI está investigando los motivos detrás de la falsa denuncia. La actitud de la joven, quien aseguró haber sido asaltada, está ahora bajo escrutinio. Se busca entender qué pudo haberla llevado a realizar tal afirmación sin fundamento.

Este suceso pone en evidencia la importancia de contar con cámaras de seguridad para verificar hechos denunciados y subraya la necesidad de investigar a fondo las denuncias para evitar malentendidos y asegurar que los recursos policiales se utilicen adecuadamente.

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