Es auspicioso que se haya logrado el acuerdo político para avanzar en la aprobación de la Ley de Bases. Sin embargo, genera desazón las actitudes conservadoras y reaccionarias que llevaron a rechazar cambios estructurales en materia tributaria y previsional. Estos indicios muestran que avanzar en la agenda de Mayo será un desafío complejo. El Senado aprobó la Ley de Bases con modificaciones puntuales que mejoraron la versión de Diputados, demostrando madurez y seriedad en el sistema político.

Por otro lado, el Senado impidió transformaciones estructurales, como la ampliación del impuesto sobre los ingresos personales, que posiciona a Argentina en una situación menos favorable en comparación con Chile y otros países de la OECD. Según datos de la OECD y del Ministerio de Economía, Argentina recauda apenas el 1,3% del PBI con este impuesto, en contraste con el 2,4% de Chile y el 8,3% promedio de los países de la OECD. La resistencia a reformar el sistema tributario y previsional revela un conservadurismo que perpetúa desigualdades y una estructura impositiva regresiva.

El próximo paso del gobierno es la suscripción de la ambiciosa agenda de Mayo, que incluye equilibrio fiscal, reducción del gasto público, reforma tributaria, modernización laboral y apertura al comercio internacional. La reciente aprobación de la Ley de Bases en el Senado, aunque esperanzadora, subraya la necesidad de superar el conservadurismo para implementar cambios necesarios para el progreso de Argentina.

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