Ladran, pero no muerden: Una mirada a la movilización de la CGT Rafaela al Concejo
La reciente movilización de la delegación de la CGT Rafaela hacia el Concejo Municipal, acompañada por el bloque peronista representado en ese órgano legislativo, ha despertado un sinnúmero de reflexiones y análisis. Disfrazados de vecinos de Rafaela, la mayoría de los manifestantes no eran más que actores en una escena orquestada para desestabilizar al nuevo gobierno municipal. En esta escena, los verdaderos vecinos eran pocos, opacados por la marea de individuos movilizados con fines políticos.
Durante la gestión anterior, cuando se gozaba de un superávit de más de 2 mil millones de pesos en reservas y se aplicaban constantes aumentos de tributos, el silencio de estos mismos actores era ensordecedor. Ahora, en lugar de dedicarse a la labor que les corresponde – trabajar para sus afiliados – la CGT Rafaela parece más interesada en jugar un papel en el tablero político, defendiendo los intereses de un partido que, tras 32 años en el poder, dejó huellas que distan mucho de ser transparentes. Pronto, esas huellas serán más visibles y comprendidas por todos.
El silencio de la CGT Rafaela y sus aliados, el bloque de concejales del partido peronista ante la grave denuncia por violencia de género presentada por la ex primera dama, Fabiola Yañez, contra el ex presidente Alberto Fernández es igualmente alarmante. Este silencio cómplice revela una falta de coherencia y compromiso con la lucha contra la violencia de género. No solo es el silencio lo que los identifica cuando la violencia se manifiesta dentro del signo político que los une, sino que en el día de hoy un representante de alto rango sindical agredió física y verbal a un funcionario del oficialismo
La movilización reciente deja en evidencia un hecho innegable: la gente ya no es tan ingenua. Los ciudadanos pueden ver a través de estos movimientos orquestados, reconociendo la manipulación y la hipocresía. El Concejo Municipal ha sido escenario de discusiones mucho más álgidas y preocupantes en el pasado, sin que la clase trabajadora o los verdaderos rafaelinos se movilizaran de esta manera. La coincidencia en la reciente movilización es demasiado evidente como para ser ignorada.
No se puede dejar de mencionar el rol del bloque justicialista en este movimiento orquestado. Su complicidad se hizo evidente al permitir que el debate sobre los tributos municipales se desordenara, intentando presentarse como los "buenos de la película". Esta maniobra busca desviar la atención y ganar simpatías, pero no pasa desapercibida para quienes observan con detenimiento.
Asimismo, la intolerancia y la violencia demostrada por la CGT Rafaela cuando algún concejal del oficialismo intentaba hablar es otra muestra de su verdadera naturaleza. Esta actitud solo refuerza la percepción de que están más interesados en recuperar privilegios que en contribuir constructivamente al debate político.
Este cambio de actitud revela su verdadera agenda. Charly García lo resumió bien en una de sus canciones: "Los dinosaurios van a desaparecer". La previsibilidad y la hipocresía de estos movimientos son de manual. La CGT debería enfocarse en trabajar para mejorar la realidad de sus afiliados que atraviesan por estos días momentos complejos donde el fantasma de los despidos y la desocupación se hace cada vez más presente.
La verdadera fuerza y cambio provienen del trabajo honesto y la representación genuina de los intereses de los afiliados. Es hora de que la CGT Rafaela recuerde su verdadero propósito y deje de lado las maniobras políticas que solo sirven para exponer su hipocresía. Ladran, pero no muerden.
Unión Cívica Radical
Rita Bernhardt presidente Comité Rafaela