Una de las víctimas se ausentó de su domicilio por la mañana temprano y al regresar por la tarde, observó que la puerta de ingreso, estaba doblada en su parte inferior. Al abrirla con sus llaves, descubrió que la puerta de una habitación, hecha de madera y asegurada con cadena y candado, había sido forzada. Esta habitación, que compartía con un compañero, contenía herramientas de trabajo y pertenencias personales. Los delincuentes lograron sustraer un celular, junto con 6.000 pesos en efectivo que se encontraban sobre un ropero.

Otro incidente ocurrió cuando una motocicleta marca Guerrero, modelo Trip de 110cc, fue robada mientras la dueña se encontraba jugando al fútbol en unas canchas locales. La motocicleta estaba estacionada en el lugar, pero cuando salieron después de jugar ya había desaparecido. El vehículo no tenía medidas de seguridad.

En un tercer hecho, un vecino dejó su bicicleta rodado 29 estacionada en el garaje de su domicilio sin ningún tipo de seguridad. Al regresar, constató que había sido robada. Horas más tarde, otra bicicleta, también rodado 29, fue sustraída frente a un domicilio tras haber sido dejada sin seguro por su propietaria.