
El invierno trae frío… y un asesino silencioso que acecha sin que lo veas ni lo huelas
Llega el frío, se encienden los calefactores, pero también se enciende el riesgo. El monóxido de carbono no avisa: no tiene color ni olor, pero puede enfermarte e incluso matarte si no lo prevenís. Las intoxicaciones por este “enemigo invisible” se multiplican cada año y la clave está en la ventilación, la revisión de los artefactos y en no confiarse.