Caso Culasso: la PDI volvió a allanar una vivienda en Villa Dominga y crece el hermetismo

Una nueva intervención policial tuvo lugar durante la mañana de este viernes en una vivienda ubicada en la intersección de Ramón y Cajal y Güemes, en barrio Villa Dominga. Agentes de la Policía de Investigaciones (PDI) realizaron un segundo allanamiento en el mismo domicilio donde ya se había efectuado un procedimiento el pasado 16 de mayo.

El accionar volvió a estar rodeado de total hermetismo. Aunque no se difundieron datos oficiales, fuentes vinculadas a la causa indicaron que el operativo podría estar relacionado con la investigación por la muerte de Marta Culasso, la mujer de 52 años hallada sin vida en su casa de calle Pueyrredón el pasado 10 de mayo. El caso, aún caratulado como “muerte dudosa”, permanece bajo la órbita del fiscal Martín Castellano, de la Sección Homicidios.

La escena que conmocionó a Rafaela

El hallazgo de Culasso sacudió la tranquilidad de la ciudad aquel sábado por la tarde. Fue su padre quien, al no lograr comunicarse con ella, decidió acercarse junto a su esposa. Al ingresar a la vivienda, encontró la puerta entreabierta, las llaves tiradas en el suelo, una botella de alcohol abierta y un buzo negro sobre la mesa. Pero lo más estremecedor los esperaba en la habitación: el cuerpo de Marta yacía sobre la cama con una herida profunda en el cuello y un cuchillo a su lado. No llevaba ropa interior.

La médica policial que revisó el cuerpo no descartó una posible autoagresión, pero tampoco desestimó la intervención de terceros. Por ello, se ordenó la autopsia inmediata y se preservó toda la escena.

La Agencia de Investigación Criminal secuestró elementos clave como colillas, prendas manchadas, ropa interior y envases de bebidas. La fiscal Fabiana Bertero estuvo presente en el lugar y posteriormente la causa pasó a manos de Castellano.

Silencio, sospechas y más dudas

El caso todavía no tiene detenidos ni imputados. La hipótesis de un suicidio convive con la sospecha de un posible femicidio, alimentada por detalles que no cierran del todo para los investigadores. La falta de signos de violencia en accesos, la disposición de los objetos y la presencia de elementos extraños en la escena generan más preguntas que respuestas.

La repetición del operativo en Villa Dominga reaviva la expectativa por avances en una investigación que hasta ahora se mueve entre el sigilo y la incertidumbre. ¿Estamos frente a un crimen cuidadosamente disimulado o ante un acto desesperado sin intervención externa? Por el momento, la Justicia guarda silencio. Y la ciudad, sigue esperando respuestas.