Violencia que se hereda: Frontera en alerta por disputas narco entre clanes familiares

La investigación por el asesinato de Zamir Torres, el niño de 4 años que murió acribillado en Frontera, reveló una trama aún más inquietante: enfrentamientos históricos entre clanes familiares con vínculos delictivos y presuntas conexiones con el narcotráfico. Así lo reconoció Ariel Vargas, en Cadena 3 director general del Departamento Norte de la Policía de Córdoba, quien confirmó que el joven detenido el viernes en San Francisco ya tenía antecedentes por robos y estaba bajo la lupa por actividades narco.

“Hay una antigua enemistad entre familias de la zona que ha escalado en violencia en los últimos tiempos”, admitió el comisario en declaraciones radiales. El operativo que permitió atrapar al sospechoso involucró más de 200 efectivos de fuerzas provinciales y nacionales, entre ellas Gendarmería, Policía Federal, FPA y brigadas de Santa Fe y Córdoba. Sin embargo, otros tres sospechosos siguen prófugos. 

La zona que limita Córdoba con Santa Fe —y puntualmente la ciudad de Frontera— se ha transformado en un foco de preocupación. “Antes teníamos menos hechos con armas de fuego. Hoy, los operativos interfuerzas son semanales, pero aun así vemos un aumento alarmante de episodios violentos”, advirtió Vargas, quien además mencionó que hay “un mapa de calor que marca el desplazamiento de bandas criminales desde zonas como Rosario”.

La causa que investiga la Fiscalía de Rafaela sigue abierta y con múltiples allanamientos en curso. El detenido será trasladado a la provincia de Santa Fe, ya que allí ocurrió el brutal ataque en el que también resultó gravemente herido el padre del pequeño Zamir.

Mientras tanto, la comunidad de Frontera convoca a una movilización para este lunes a las 15 frente al edificio municipal. Familiares y allegados del niño piden justicia, aseguran que el crimen era evitable y reclaman respuestas urgentes a las autoridades judiciales y policiales. “Que paguen todos”, escribieron en redes. El dolor se mezcla con la indignación en una ciudad que ya no puede mirar para otro lado.