Casa Luna sufre nuevo hecho delictivo: daños y robos en la institución

Policiales23 de octubre de 2024 Por Director
Una vez más, Casa Luna, una institución educativa que con tanto esfuerzo se dedica a la pedagogía Waldorf, ha sido blanco de un nuevo hecho delictivo.
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Gentileza: Dany Zbrun

Ubicada en la calle D'Agostino al 500, esta noble institución, que promueve una educación alternativa centrada en el desarrollo integral de los niños, se encuentra en una lucha constante no solo por mantener sus proyectos, sino también por sobrevivir a los ataques de la delincuencia.

Este martes 22 de octubre, a las 7:30 de la mañana, miembros del equipo de Mercadito e Infraestructura encontraron el espacio vandalizado. Las consecuencias de este acto fueron evidentes: ventanas rotas, una puerta destruida, y todo en completo desorden. Lo que se llevaron, apenas 10 paquetes de yerba y dos frascos de pickles, puede parecer insignificante en términos materiales, pero el impacto sobre la institución y su comunidad es devastador.

¿Qué significa que un lugar como Casa Luna, que tanto bien hace a la sociedad, sea víctima recurrente de hechos delictivos? No es solo la pérdida de objetos o el costo de reparar lo dañado; es el mensaje implícito de vulnerabilidad y desprotección. Cada ataque no solo hiere las instalaciones, sino también la moral de quienes, día tras día, trabajan con pasión por una educación más humana y transformadora.

Es profundamente lamentable que las autoridades no logren frenar esta escalada de violencia que no parece tener fin. Cada vez que un hecho como este ocurre, nos enfrentamos a una realidad ineludible: la inseguridad en nuestra ciudad afecta a todos, incluso a aquellos que buscan cambiar el mundo desde la educación y la cultura. No podemos permitir que estos espacios queden a merced de la delincuencia sin una respuesta efectiva y contundente.

Casa Luna no es solo un centro educativo, es un símbolo de lo que se puede construir cuando la voluntad de mejorar la sociedad se une con el compromiso de cada miembro de su comunidad. Pero también es un reflejo de la fragilidad en la que viven muchas instituciones frente a una inseguridad.

Es urgente que las autoridades locales y provinciales tomen medidas efectivas, no solo para reparar el daño material, sino para garantizar la seguridad de quienes dedican su vida a mejorar la nuestra. No podemos seguir siendo testigos pasivos de una realidad que, de no detenerse, amenaza con destruir no solo los espacios físicos, sino también el tejido social que intentamos construir.

Casa Luna y tantas otras instituciones merecen el respaldo y la protección que solo un verdadero compromiso con la seguridad puede ofrecer.

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