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Dictaron prisión preventiva para Héctor “El Patrón” Gallardo por el homicidio de Carlos Cabrera

Cumplirá la medida hasta el final del proceso judicial. La Fiscalía sostuvo que existió un entramado previo de amenazas y coacciones que desembocó en el crimen ocurrido en Frontera.

Judiciales18/12/2025RedacciónRedacción
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En la mañana de este jueves, en la sala 2 de los tribunales de la ciudad, la Justicia resolvió dictar la prisión preventiva sin plazo para Héctor Argentino Gallardo, imputado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en perjuicio de Carlos Miguel Cabrera.

La audiencia se desarrolló ante el juez Gustavo Bumaguin, con la participación de los abogados defensores Claudio Torres del Sel y Federico Scarinci, mientras que la acusación estuvo a cargo del fiscal de Homicidios Martín Castellano, en representación del Ministerio Público de la Acusación.

Durante su exposición, la Fiscalía sostuvo que el homicidio no fue un hecho aislado, sino el desenlace de una serie de amenazas, presiones y episodios de coacción que Gallardo habría ejercido de manera sostenida sobre la víctima a lo largo de 2021 y 2022.

Según relató Castellano, uno de los testimonios incorporados a la causa indicó que Gallardo, cuando se encontraba bajo prisión domiciliaria, habría solicitado armas y se habría preparado para salir a buscar a Cabrera. De acuerdo con ese relato, el imputado se vestía de negro, utilizaba barbijo y salía por la parte trasera de su vivienda para evitar ser visto.

En ese contexto, testigos señalaron que alertaron a Cabrera sobre la situación y le sugirieron que se fuera de Frontera. Sin embargo, la víctima habría respondido que no le debía nada a Gallardo y que no estaba dispuesto a aceptar exigencias vinculadas a la venta de bienes o actividades que no compartía.

La Fiscalía también expuso que Gallardo interpretó la presencia policial en cercanías del domicilio de Cabrera como una supuesta traición, lo que habría intensificado el conflicto. En mensajes aportados a la causa, el imputado habría manifestado que incluso personas de su propio entorno familiar lo habían “entregado”.

Uno de los ejes centrales de la acusación estuvo basado en los mensajes de WhatsApp aportados por una testigo, en los que —según el fiscal— se evidencia una secuencia clara de amenazas directas. Castellano subrayó que esas comunicaciones no solo demostraban inmediatez y reiteración, sino también la voluntad concreta de que las intimidaciones llegaran efectivamente a la víctima.

En ese intercambio, fechado el 5 de octubre de 2021, el imputado habría formulado expresiones explícitas de muerte, incluso extendiendo las amenazas al hijo de Cabrera. Para la Fiscalía, frases como “así me cueste la vida” reflejan una decisión firme y una determinación violenta que excede cualquier exabrupto verbal, y que guarda coherencia con el desenlace fatal ocurrido meses después.

Castellano remarcó que las amenazas estaban directamente ligadas a exigencias económicas concretas, lo que permitió encuadrarlas como coacciones sostenidas en el tiempo y con una escalada progresiva, inmediatamente anterior al homicidio.

La defensa, por su parte, rechazó de plano la acusación. Durante su declaración, Gallardo negó cualquier participación en el crimen y aseguró que mantenía un vínculo afectivo muy estrecho con Cabrera, a quien dijo conocer desde la infancia y considerar como parte de su familia. Reconoció discusiones, pero negó episodios de violencia y sostuvo que días antes del hecho habían compartido encuentros con normalidad.

Además, a preguntas de sus abogados, cuestionó la credibilidad de uno de los testimonios incorporados por la Fiscalía, señalando presuntos problemas de salud mental y consumo de sustancias por parte de una testigo, lo que —según planteó— afectaría la validez de su relato.

Pese a los planteos defensivos, el juez Bumaguin consideró acreditados los riesgos procesales y la gravedad de los hechos atribuidos, y resolvió imponer la prisión preventiva hasta la finalización del proceso judicial.

Cabe recordar que Gallardo fue detenido a comienzos de diciembre en Puerto Madryn, tras permanecer prófugo durante más de dos años. Luego de su captura, fue trasladado a la Unidad Penitenciaria N° 1 de Coronda, donde permanece alojado bajo el régimen de alto perfil. Su nombre figuraba entre los más buscados de la provincia de Santa Fe, con una recompensa vigente por datos que permitieran dar con su paradero.

La causa continúa su curso en una investigación de alta complejidad, en la que el Ministerio Público de la Acusación sostiene que el homicidio de Cabrera fue la culminación de un entramado previo de amenazas, presiones y violencia sostenida.

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