El último miércoles, Argentina enfrenta un inusitado desabastecimiento de Gas Natural Comprimido (GNC), afectando al 100% de las estaciones de servicio del país. Según el Gobierno, el suministro se normalizará “entrada la noche”, aunque desde la Cámara de Expendedores advierten que podrían pasar entre 48 y 72 horas para que la situación se estabilice por completo. Este fenómeno, que afecta tanto a las estaciones con contratos firmes como a aquellas con contratos interrumpibles, ha generado una gran conmoción entre los usuarios y los expendedores.

Esta suspensión, ordenada por la distribuidora Ecogas, afecta a miles de usuarios que utilizan GNC como una alternativa más barata a la nafta.

El Gobierno atribuye la situación a varios factores, entre ellos el aumento del consumo residencial de gas debido a un otoño más frío de lo habitual y la falta de avance en la instalación de plantas compresoras en el gasoducto Néstor Kirchner. A esto se suma la interrupción del suministro de gas desde Bolivia y la demora en la llegada de buques cargados de gas proveniente de Brasil. Desde la Cámara de GNC, Marcelo Zanoni calificó la situación como una “tormenta perfecta”, señalando fallos en la gestión estratégica y la infraestructura del país.