Rosario se convirtió en refugio de las mujeres de Brasil que buscan abortar

Provinciales 22 de junio de 2024 Por Director
Así lo expresa Folha de San Pablo en un informe donde cuenta historias de mujeres que viajaron a la ciudad en momentos de desesperación para hacerse un aborto. Destacan a Rosario como "pionera" en tema salud

Argentina se ha convertido en refugio de las brasileñas que buscan abortar. Así lo asegura un reconocido diario de Brasil, que publicó un informe especial donde destaca el rol protagónico de Rosario como ciudad pionera en temas de salud y en particular de estas prácticas, que están prohibidas por ley en el país vecino pero son legales en Argentina desde 2020.

En ese marco, el periódico alude a la clínica local Musa, ubicada cerca de la Facultad de Medicina de la UNR, y resalta que "en los últimos años ha recibido cada vez más mujeres de Brasil que descubren sus servicios por internet, por recomendación de conocidas o de proyectos sociales". Esa entidad, que funciona como una ONG, recibió desde 2022 a 1.140 mujeres para llevar a cabo abortos. De ellas, 301 eran de Brasil. Las brasileñas representan el 90 por ciento de las extranjeras que buscaron la clínica para realizar procedimientos, además de algunas chilenas y peruanas.

"A finales de 2020, con un mar de mujeres con sus pañuelos verdes afuera, el Congreso argentino legalizó el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y lo consagró en ley a principios de 2021. Fueron años de intensos debates que gradualmente ganaron fuerza para cambiar la criminalización de la práctica en el Código Penal. Muchas brasileñas ni siquiera saben de la realidad de las argentinas. Pero se enteran al verse en la desesperación", plantea la nota. Cabe destacar que, en línea con lo prometido en campaña, La Libertad Avanza presentó un proyecto para derogar el aborto legal en febrero de este año aunque ese debate no avanzó.

"Recientemente conocida en las noticias como una ciudad dominada por la violencia del narcotráfico, este municipio portuario de la provincia de Santa Fe, el cuarto más poblado del país, con cerca de 1,3 millón de habitantes, es pionero en el derecho al aborto legal en Argentina", destaca Folha sobre Rosario.

La periodista Mayara Paixão, quien nació en Brasil pero vive en Buenos Aires, escribió el artículo publicado por el diario Folha. En su nota, compara la legislación de su país con la argentina y va enlazando historias de mujeres que viajaron al país para interrumpir sus embarazos con declaraciones de algunos referentes del aborto legal a nivel local.

En diálogo con La Capital, Paixão cuenta que fue ella quien propuso al periódico realizar un informe especial sobre el llamado "turismo del aborto". Se trata de mujeres "que muchas veces conocen a la Argentina debido al procedimiento, en lo que es su primer viaje internacional", sostiene.

La periodista tenía información previa sobre la situación en Argentina, pero en el marco de su investigación se encontró con algo inesperado. Admite que le generó "enorme sorpresa" conocer "los avances en temas de salud que tiene Rosario", ya que no sabía que fuera "una ciudad líder" en aspectos de salud debido a las gestiones socialistas. Resalta: "Para las mujeres de Brasil, Rosario parece un mundo mágico donde podemos ejercer derechos que en Brasil no podemos".

Desde Musa remarcan que fue la primera clínica habilitada en la ciudad para interrumpir embarazos y que forman parte de una red centros que trabajan en el tema. "Decíamos claramente lo que hacíamos cuando ninguna clínica decía eso. Fuimos la primera en trabajar con obras sociales, incluso antes de la ley", remarcan fuentes de ese centro de salud a La Capital. Es que existía, aún antes de la legalización del aborto, un marco que hacía posible el procedimiento en algunos casos.

"Rosario es una ciudad que siempre facilitó el acceso de las mujeres a la salud, nuestros logros tienen que ver con la historia de Rosario", resaltan desde Musa.

Por su parte, Paixão comenta que mientras se encontraba en la ciudad realizando las entrevistas para su informe creció en Brasil un debate sobre el aborto. En contraste, confía: "Fue emocionante ver cómo el tema del aborto se gestiona en Rosario como un tema de salud pública ante todo, de una manera tranquila, como algo normal".

El ginecólogo Daniel Teppaz, profesor de posgrado en medicina de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), es entrevistado en el artículo. Referente del derecho al aborto, ayudó a construir los protocolos de atención. Sin embargo, admite que en el pasado, por presión, denunció a mujeres que llegaran con problemas de salud pos aborto a hospitales. "En aquella época morían de una a dos mujeres por mes en el hospital por complicaciones tras el aborto. Cuando dejamos de denunciarlas y comenzaron a buscar más la salud pública sin miedo, dejaron de morir. Tuve una formación religiosa sobre el tema, hasta que entendí su importancia", destaca.

También aporta su visión la ex intendenta y actual diputada nacional Mónica Fein. "Prohibir el aborto es solo dejar de ver la realidad con los ojos del Estado. Me parece que lo mejor, entonces, es reducir daños", sostiene. En diálogo con el medio del país vecino, recuerda un caso de 2007 cuando una nena de 11 años quedó embarazada tras una violación. En aquel momento solo se permitía el aborto para mujeres violadas que fueran consideradas incapaces por algún trastorno mental. Aun así, Rosario aun realizó el procedimiento a la menor de edad. La ampliación del derecho al aborto a cualquier mujer violada solo se aseguró en el país en 2012, con una decisión de la Corte Suprema.

Historias de brasileñas que vienen a abortar a Rosario
"Fue de común acuerdo. Cuando comenzaron las náuseas y la brasileña M. se hizo una prueba de embarazo en el baño de su casa sin que la familia, que estaba en la sala contigua, lo supiera, llamó a su novio. ¿Qué vamos a hacer?" Ser padres a los 21 y 23 años no era una opción. Estudiantes universitarios, decidieron abortar. Pero M. quería un procedimiento seguro, sin riesgos de terminar en una sala de hospital y ser potencialmente hostigada por intentarlo. "Vamos a otro país", sugirió ella, aunque nunca había salido de Brasil. Ambos investigaron y descubrieron el derecho a la interrupción del embarazo en Argentina y, como cada vez más brasileñas, M. vio en el país vecino un refugio seguro para abortar. La pareja aterrizó en Buenos Aires un viernes, cuando la periodista empezó a seguirlos, pero aún tenían un largo camino por delante. Su destino era Rosario, a cuatro horas en autobús desde la capital". Ese es el primer párrafo del artículo publicado por Folha.

La nota precisa que la brasileña llegó a la clínica Musa, junto a su novio, para someterse a una aspiración manual intrauterina, realizada en unos 20 minutos con anestesia local, a cargo de una médica y una enfermera. "Desde el principio hasta el final, estuvo acompañada por Bárbara Paiva, médica brasileña formada en Rosario que desde hace dos años trabaja en la clínica y se ha convertido en una especie de punto de referencia para todas las brasileñas, especialmente por el idioma", escribe la periodista. La mayoría de las chicas que vienen no hablan español y tener cerca a alguien con quien comunicarse fluidamente en momentos de crisis es algo que ayuda.

Otro caso retratado por el artículo es el de una mujer de 43 años que poco tiempo después de hacer una cirugía bariátrica, descubrió que estaba embarazada de su pareja. Al ser ya madre de cuatro hijos, la recomendación médica fue no tener más hijos porque el próximo sería un embarazo de alto riesgo. La mujer pensó en judicializar el caso pero el riesgo era que la Justicia no se definiera y siguiera avanzando la gestación. La mujer compró medicamentos online pero no tuvieron efecto alguno. El misoprostol, medicamento usado para abortos caseros, está prohibido para la venta en Brasil. Se vende, sin embargo, de manera ilegal. Folha destaca, además, que desde 2021 el laboratorio público santafesino de producción de medicamentos ha empezado a producir misoprostol, lo que abarata el medicamento y facilita el acceso en medio de una crisis económica que dificulta aún más las importaciones en dólares.

"Por medio de un proyecto social, supo de las condiciones en Argentina y también fue a la clínica Musa con 13 semanas de gestación, sola", cuenta el artículo. "Tener que salir de mi país para algo que entiendo que era un derecho mío me dolió mucho. Amo ser madre, pasé prácticamente toda mi vida adulta ejerciendo ese papel. Pero no quería dejar a mis cuatro hijos huérfanos", relató la mujer a Folha, un año después del procedimiento.

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