La fiscalía pidió 15 años de prisión para un sacerdote por abusar de monjas

Nacionales 06 de noviembre de 2022 Por Director
Es Manuel Pascual quien es juzgado por el abuso sexual de dos religiosas de una congregación de Núñez, y donde incluso se sospecha de otros varios casos. El sacerdote está en libertad pero estuvo varios meses preso.
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El fiscal Andrés Esteban Madrea pidió 15 años de prisión para el sacerdote Manuel Fernando Pascual por haber abusado sexualmente de dos monjas de la Congregación Hermanas de San José de Núñez entre 2012 y 2016.

El pedido fue durante el alegato del juicio que se realiza contra el sacerdote quien llegó en libertad aunque estuvo varios meses con prisión preventiva por los graves hechos se supone cometió. 

El fiscal pidió prisión efectiva por los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal perpetrado de manera continuada entre los años 2012 y 2016” y “abuso sexual gravemente ultrajante perpetrado de manera continuada entre los años 2014 a 2016”, contra las dos religiosas. 

Según la acusación, Pascual a quien se apodaba “El Santito”, se aprovechó de la situación de vulnerabilidad de las víctimas y ejerciendo su autoridad como líder religioso. 

Algunas de las situaciones de abuso, según contaron las víctimas, se daban inmediatamente cuando algunas de ellas se iban a confesar con Pascual sobre sus pecados. 

Los abusos según denunciaron las monjas ocurrieron en la congregación de Núñez ubicada en Ernesto Bavio al 2800 pero también en una estancia denominada “La Ermita” en Capitán Sarmiento donde Pascual organizaba escapes religiosos.

Ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°3, la fiscalía resaltó que el acusado utilizó su rol y su preeminencia para ejercer una “intensa manipulación” sobre las víctimas que pretendían avanzar y consagrarse en la vida religiosa. 

En el juicio, una docena de personas relataron hechos de abuso sexual muy similares algunos de los cuales se remontan a 1980. Esas denuncias incluyen a religiosas de otras congregaciones que aún siguen siendo monjas o bien otras que dejaron de serlo después de haber sufrido algunos hechos. Muchas de esas denuncias quedaron en la nada por prescripción, es decir por el paso del tiempo. 

Para el fiscal, el testimonio de las dos religiosas víctimas de abuso tienen “veracidad, espontaneidad y franqueza”. En el juicio, fueron escuchadas tanto psicólogas y psiquiatras que confirmaron los indicadores de credibilidad y traumas asociados a los hechos sufridos. 

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