Control de precios: alertan que la “chavización” de la Secretaría de Comercio traerá escasez en los supermercados

Nacionales 17 de enero de 2023 Por Director
Productores de alimentos y bebidas sostuvieron que la escalada de controles y el intento de culpar a los comerciantes por la inflación núcleo que no cede sólo acarreará más penurias para los consumidores.
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“El espejo es Venezuela y mira lo bien que anda Venezuela”, comenta irónicamente y sin dejar su nombre un alto ejecutivo de una de las empresas supermercadistas más grandes de la Argentina, de capitales nacionales, que -lógicamente- no quiere ver publicado su apellido por temor al posible accionar patotero de camioneros y piqueteros que la dirigente y fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, ha calificado de “grupos parapoliciales” y con la que le ha dado sustento a su denuncia penal contra el presidente Alberto Fernández y su equipo económico.

“Nadie, ni siquiera Alfonsín, pudo ganar una elección con inflación ascendente en los precios de los bienes que consumen las familias. Saben que están derrotados por este hecho y buscan culpables utilizando fuerzas de choque”, es otro de los análisis que comenta un ejecutivo de otra cadena supermercadista, pero con casa matriz en el exterior.

“El riesgo es Venezuela y lo que va a sufrir la gente en este final de fiesta”, afirmó intentando analizar el futuro próximo. Y, el ejemplo venezolano, puede ser tenido en cuenta para trazar una analogía en los efectos de una medida que, a la larga, nunca obtiene buenos resultados para el comerciante ni para el cliente.

Luego que Nicolás Maduro anunciara en diciembre pasado el retorno del control de precios en más de 40 productos de consumo masivo ante el aumento de los valores en los mercados, el fantasma de la escasez retornó a Venezuela con más fuerza que antes y se despertó la especulación, que la medida intentó evitar, solo que se produjo en el mercado negro de productos de consumo masivo que goza de buena salud en la actualidad del mercado caribeño.

A pesar de los ejemplos internacionales de fracaso absoluto de los controles de precios, ya sea mediante agentes estatales o paramilitares, el Frente de Todos insiste con una medida que puede rastrearse en su origen en la Argentina moderna durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón.

1953 fue un año muy malo para el peronismo en el poder y, ya sin la conducción de Eva Perón, la CGT organizó el 15 de abril un acto multitudinario de sus bases en la Plaza de Mayo para defender a su gobierno acusado, en ese entonces, de haber asesinado a su propio cuñado, Juan Duarte, para limpiar la imagen de una administración que observaba impotente como el aumento de precios y el desabastecimiento castigaba a la clase media y baja de la población.

La economía planificada y dirigida sustentada en el segundo plan quinquenal peronista chocó contra la realidad del quehacer económico diario que llevó a Perón a dejar para la posteridad una de sus frases más lamentables que lo ubicaron, inmediatamente, entre los enemigos del comercio. Mientras la multitud reunida pedía “Leña, leña, leña”, durante el discurso de Perón, el General les respondió: “¿Por qué no empiezan ustedes a darla? El Gobierno está decidido a hacer cumplir los precios, aunque tenga que colgarlos a todos”.

Acaso, por estos detalles de la historia, buena parte de la administración del cuarto gobierno kirchnerista vea justificada la utilización del tiempo y el trabajo de los camioneros, piqueteros y beneficiarios de planes sociales, reconvertidos en inspectores de precios. La tarea de inspección y la figura del inspector siempre fue bienvenida en el peronismo. El régimen peronista nombró a Jorge Luis Borges, bibliotecario, de enorme talento literario, como inspector de aves, conejos y pollos, función para la que, el recordado poeta ciego, no se sentía capacitado.

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