El informe revela que tanto los grandes supermercados como los autoservicios han experimentado caídas similares, con una disminución del 16,6% y 15,5% respectivamente. Las categorías más afectadas incluyen bebidas alcohólicas, productos impulsivos como golosinas, y bebidas sin alcohol, con caídas que superan el 23%. Esta situación se agrava ante la expectativa de que el consumo no repuntará en lo que resta del año.

Frente a este escenario, las empresas del sector están recurriendo a promociones y descuentos para intentar frenar la tendencia negativa, aunque los resultados han sido, hasta ahora, limitados. La situación económica actual y las comparaciones desfavorables con el año anterior, cuando se implementó el "plan platita", hacen prever que las caídas podrían ser aún mayores en los próximos meses.

La inflación de julio, según el INDEC, fue del 4%, con una suba más moderada en alimentos y productos de consumo masivo, en torno al 3%. No obstante, esta desaceleración de los precios no ha sido suficiente para revertir la caída en las ventas.

Los próximos meses serán críticos para el sector, que deberá continuar ajustando sus estrategias para enfrentar un año complicado, sin señales claras de reactivación en el corto plazo.