La peor cara de la inflación: más de un millón de chicos argentinos se privan de al menos una comida diaria por falta de recursos

Nacionales 12 de agosto de 2022 Por Director
En el país, el 7% de los niños vive en hogares que recurren a esa dramática estrategia ante la caída del ingreso, según un informe de Unicef
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La cifra duele porque muestra es la cara más triste de la inflación. Más de un millón de chicos dejaron de hacer alguna de las comidas diarias por falta de dinero en sus hogares. En el último año, el 7% de los niños y adolescentes que viven en el país no pudieron desayunar, almorzar, merendar o cenar porque en su casa no había con qué comprar alimentos, una situación que también afecta a tres millones de adultos. Los datos surgen de una nueva encuesta presentada este mediodía por Unicef. La insuficiencia en los ingresos también generó una reducción del 67% en el consumo de carne y del 40% en la ingesta de frutas, verduras y lácteos en la dieta de los menores. En cambio, creció un 20% el consumo de alimentos como fideos, harina y pan.

La inestabilidad laboral y la insuficiencia en los ingresos de los hogares con chicos son los principales determinantes de esta situación, de acuerdo con la Encuesta rápida sobre la situación de la niñez y adolescencia 2022 de Unicef, representativa de la totalidad de los hogares con niños, niñas y adolescentes en el país, y comparable con los relevamientos realizados por la entidad durante 2020 y 2021.

Según este relevamiento, uno de cada tres hogares no pueden cubrir sus gastos corrientes más básicos y el 50% no puede solventar los gastos escolares, entre ellos la compra de libros y útiles.

“Después de cinco encuestas pandémicas quisimos saber cuáles eran las estrategias en los hogares para suplir la caída de ingresos”, explica Sebastián Waisgrais, especialista en inclusión social de Unicef Argentina. Básicamente, explica, las familias de clase media se endeudan para llevar alimentos a su mesa y los hogares pobres saltean comidas. “Los resultados del estudio muestran que hay un declive de la clase media, en la que la insuficiencia de ingresos genera la necesidad de usar ahorros o endeudarse para mantener condiciones de vida mínimas para la niñez, mientras que en aquellos hogares ya situados en la pobreza el resultado es la falta de un plato de comida”, señaló Waisgrais.

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