"Argentina, 1985": "Esta película sirve para construir una memoria social"

Nacionales 25 de septiembre de 2022 Por Director
Ricardo Darín, Peter Lanzani y el director Santiago Mitre hablaron con La Capital sobre el esperado filme que refleja el Juicio a las Juntas militares. El próximo jueves 29 se estrena en Rosario
Screenshot_20220925-222814_Facebook

El llamado Juicio a las Juntas, que se realizó en 1985, fue uno de los momentos más relevantes de la historia argentina. Sin embargo, este juicio excepcional _ en el que se juzgó por violaciones a los derechos humanos a los nueve miembros de las tres primeras juntas militares de la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983_ nunca había sido reflejado por el cine. Hasta ahora. El próximo jueves se estrena en Rosario “Argentina, 1985”, la película que retrata ese hito histórico y que ha generado una enorme expectativa. El nuevo filme de Santiago Mitre (“El estudiante”, “La cordillera”), protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani, pasó recientemente por el Festival de Venecia (donde ganó el premio Fripesci), el Festival de San Sebastián (donde ganó el Premio del Público) y suena fuerte como probable representante argentino para los próximos Oscar. Entre los productores de la película figuran Amazon (la poderosa empresa de streaming), Axel Kuschevatzky y Victoria Alonso (productora ejecutiva de los filmes de Marvel).

Seguramente había muchas formas de abordar un hecho de la magnitud del Juicio a las Juntas, y el director Santiago Mitre eligió una muy acertada: su relato se centra en la mirada de los fiscales Julio Strassera (Darín) y Luis Moreno Ocampo (Lanzani), que en medio de la frágil democracia de entonces, y bajo amenaza constante sobre ellos y sus familias, corrieron contra el tiempo para hacer justicia por las víctimas de la dictadura. “Esta historia tenía todos los condimentos para ser adaptada cinematográficamente”, dijo el realizador y guionista en charla con La Capital. “Me parecía necesario que este hecho quede registrado desde el cine para hablarle ahora a una sociedad muy distinta a la de aquella época y sobre todo a los jóvenes. Los argentinos no tenemos tantos motivos para sentirnos unidos y orgullosos a través de algo por fuera de lo futbolístico, y me parece que este juicio es un ejemplo de coraje cívico. También es una imagen que puede servir para generar un poco de unión en un momento en que la sociedad está tan dividida”, señaló sobre el presente.

Mitre tiene esta historia en la cabeza desde hace años, e incluso su madre conocía al fiscal Strassera. “La admiración por el Juicio a la Juntas la tengo hace un montón. Mi mamá trabaja en la Justicia, o sea que en mi casa hay ciertos valores en relación a la Justicia que siempre fueron importantes. Por supuesto que conocía el Juicio a las Juntas por intereses propios, y sabía de las características de Strassera por anécdotas que me había contado mi madre, que lo había tratado un par de veces. Siempre me interesó el tema y siempre pensé que era una película que podía hacerse. Cuando me decidí a encararla me sumergí en una investigación muy larga junto a un equipo de investigadores y con mi coguionista Mariano Llinás. Esa investigación fue muy inspiradora porque se me revelaron muchísimas cosas”, relató.

Entre esas revelaciones, el realizador destacó dos que le llamaron la atención. “En principio uno creería que era evidente que todo el mundo quería juzgar las atrocidades de la dictadura, pero eso no era tan así. Me impactó profundizar en la dificultad de Strassera para armar un equipo. Como los abogados con más experiencia no querían acompañarlo, él convocó a abogados jóvenes o a algunos que ni siquiera habían terminado sus estudios, y ellos tuvieron la responsabilidad de hacer el juicio más importante de la historia argentina. Por otro lado me interesó la manera en que estaba articulado el juicio: Alfonsín firmó los decretos de enjuiciamiento, pero esos decretos decían que el juicio debía hacerse a través de tribunales militares. Como el plazo que tenían estos tribunales para hacerlo se había cumplido y las Fuerzas Armadas no se expedían, el juicio recayó en la Cámara Nacional de Apelaciones. Y fue la Cámara la que dispuso que el juicio debía hacerse. Había un contexto, es cierto, pero fueron un grupo de personas las que decidieron hacerse cargo, con mucha valentía, de algo que la sociedad estaba reclamando”, explicó.

“Argentina, 1985” se construye desde la perspectiva privilegiada de Julio Strassera, el fiscal que, con más dudas que certezas, se hizo cargo de sentar en el banquillo de los acusados a Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Orlando Agosti, Roberto Viola y Leopoldo Galtieri, entre los nueve que comparecieron ante la Justicia. Strassera fue el encargado de llevar adelante un juicio que ni siquiera el gobierno estaba muy convencido de querer hacer. La película muestra claramente cómo Antonio Tróccoli, el ministro del Interior de Raúl Alfonsín, equipara la violencia de Estado con la de “la subversión” al presentar el informe de la Conadep por televisión.

Darín se pone en la piel de Strassera con la naturalidad y el convencimiento de quien persigue ese papel. De hecho él mismo le pidió a Mitre encarnar al fiscal cuando trabajaron juntos en “La cordillera”. “Siempre es un desafío encarnar a una persona que existió porque la comparación con la realidad es un poco complicada, sobre todo para los que tuvieron la oportunidad de convivir con esa persona y que pueden no estar de acuerdo o sentirse afectados. Pero uno técnicamente debe olvidarse de todo eso si no sería imposible intentarlo”, dijo el actor a La Capital. “Nosotros elegimos un camino que creo que está bien: respetamos datos que nos parecían interesantes de cada una de esas personas pero no hicimos una mimetización ni una copia. Nos reservamos un gran espacio de libertad para imaginar cosas, para recrearlo de otra forma, le pusimos nuestra carnadura a estas personas. No nos olvidemos que estamos hablando de un hecho que existió pero también estamos ante una ficción”, subrayó.

El actor recordó una anécdota del rodaje que resume el espíritu de su interpretación: “Yo estaba vestido del personaje en las inmediaciones del Palacio de Justicia. Y me crucé con un señor que había sido compañero de colegio de Strassera. Este señor me dijo una cosa que me encantó: «No te parecés en nada pero estás igual». Y me gustó porque fue como una síntesis de «ok, lo estás haciendo bien»”, contó entre risas.

La película hace base en el costado más humano de la historia e incluso utiliza el humor como recurso para alivianar el tremendo peso dramático. Y es el personaje de Strassera el que da este giro a través de su singular personalidad. “El fiscal era un un poco hosco pero también tenía un sentido del humor muy peculiar”, acotó el director. “Hay muchos detalles de la película que son anécdotas que me contaron personas allegadas a los protagonistas. Strassera (que falleció en 2015) era un personaje que tenía unos arranques y una forma de comunicar que a veces resultaban graciosos. Cuando nosotros empezamos a construir a este Strassera de ficción empezaron a aparecer detalles humorísticos que iban desarmando un poco cierto temor de solemnidad o de gravedad que podía haber en la manera en que se retrataba el juicio. Ese tono más liviano también sirve para que el espectador llegue desarmado al corazón de la película, que son los testimonios de las víctimas y los familiares. El espectador puede recibir así esas palabras dolorosas con un grado de sensibilidad mucho más abierto”, explicó.

El otro gran protagonista de “Argentina, 1985” es el fiscal Luis Moreno Ocampo, un abogado joven proveniente de una familia de tradición militar que seguía apoyando el accionar de la dictadura. El fiscal se enfrentó con su propia familia al pasar a ser parte de la acusación. Peter Lanzani compone a este apasionante personaje que se encuentra entre la espada y la pared. “Con Moreno Ocampo tuvimos un encuentro por Zoom previo al inicio del rodaje”, contó el actor. “Pero fue un encuentro del que participábamos varios, y él habló de cosas más técnicas que ayudaban a cuestiones del guión. Lo pude conocer personalmente después de haber rodado la película. El me vino a ver al teatro, fuimos a comer y compartimos recuerdos y anécdotas”, agregó.

Lanzani, que nació en 1990, cinco años después del Juicio a las Juntas, dijo que conocía el hecho “porque es parte de la historia de nuestro país”. Sin embargo, como muchas personas de su generación, desconocía detalles y aspectos poco iluminados de este proceso judicial. “Después de leer el guión empecé a profundizar, a leer, a charlar con gente que lo había vivido de cerca. Pude conversar con ellos, mirarlos a los ojos y comprender mucho más. Aprendí muchísimo con esta película, lo agradezco y es lo más importante que me llevo de esta experiencia. Me parece que es una película que invita a las nuevas generaciones a que les suceda lo mismo. Ese es el punto más alto de la película”, enfatizó.

Darín tenía 28 años en 1985, y conserva memorias muy vívidas de esa época. “Recuerdo lo que sucedió con la reapertura democrática, recuerdo la alegría, la ebullición y la felicidad. Eso empezó a sufrir su lamentable deterioro en la medida en que el gobierno se encontró con una serie de obstáculos económicos, políticos y sociales que nadie esperaba. Después, la aparición de la idea de llevar adelante este juicio fue tomado con escepticismo y prudencia en principio, hasta que empezaron a pasar los días y los meses y nos dimos cuenta de que sí, que efectivamente se iba a realizar, lo cual generó un clima de gran tensión por un lado y de gran expectativa por otro. Claro que uno entraba y salía de esa sensación térmica de acuerdo a lo que te permitía tu propia vida: yo tenía mucho trabajo en ese momento, tenía a mis padres vivos y no había formado todavía mi propia familia. Es lo que le pasa a cualquier chico de veintipico. Pero estaba atento y consciente de lo que ocurría en el país”, afirmó.

Por otro lado, el actor también acotó que, “en esa época, hay que reconocer, había mucha gente que no estaba al tanto de lo que estaba ocurriendo. Cuarenta años atrás las comunicaciones no eran lo que son hoy, no existía esa inmediatez que hoy disfrutamos y padecemos”, dijo con una sonrisa. “Todo tardaba mucho más, de hecho las distintas circunstancias del juicio no fueron transmitidas en directo por televisión, se pasaban unos pedacitos de imágenes sin audio, teníamos que confiar en lo que escribía la prensa gráfica después, y juntar los pedazos para entender lo que estaba ocurriendo”, recordó. “Lo importante _recalcó_ es que cuando sucedió el juicio había gente que no estaba al tanto exactamente de lo que había pasado durante la dictadura, y el juicio llevó luz y aportó claridad para algunas personas que no manejaban la cantidad de datos y de información que empezó a circular justamente a partir del Juicio a las Juntas”.

En ese sentido, Mitre reveló que, durante la preproducción de la película, él y Mariano Llinás hicieron una suerte de encuesta para dimensionar cuán recordado era el juicio del 85. “Encontramos a gente grande que se acordaba poco del juicio, que se le mezclaba con los indultos que vinieron después y con la reapertura de las causas en 2003. Nosotros como cineastas tampoco le podemos pedir al público que tenga un conocimiento cabal del hecho histórico en sí, entonces teníamos que recontarlo suponiendo que había gente que iba a conocer algo, otra gente que iba a conocer mucho y otro público que no iba a conocer nada. Uno no puede pretender la incumbencia del espectador en el tema. Uno lo tiene que llevar hacia una historia que fue real pero que también tiene que parecer nueva”, explicó. “Luego viene el tema de la utilidad, esto que se habla tanto de la memoria. Yo creo que la película sirve para construir una memoria social. El Juicio a las Juntas es un pilar en la solidificación de una memoria en relación a los horrores del terrorismo de Estado, y por eso está bueno que la película le hable a generaciones que no recuerdan el juicio o que tampoco recuerdan del todo el grado de horror que significó la dictadura argentina”, concluyó.

Avant premiere en Rosario

“Argentina, 1985” se estrenará el jueves 29 de septiembre en los complejos Nuevo Monumental y Cines del Centro. Las cadenas Showcase, Hoyts y Cinépolis no estrenarán la película. En Rosario habrá un avant premiere del filme que se realizará el martes 27 de septiembre a las 19.30 en el cine Monumental. Con la tarjeta Beneficios del diario La Capital se puede acceder a una entrada sin cargo para la premiere. Estas entradas se pueden retirar el mismo martes a partir de las 11.30 en Sarmiento 763. Se aceptarán dos tarjetas por persona y se entregará una entrada por tarjeta válida, sin excepción. Las localidades son limitadas.

Te puede interesar