Tarjeta, crédito personal o efectivo: qué tener en cuenta para no perder contra la inflación
Opciones de pago
1. Pago de contado
- Descuento: Suele ofrecerse un descuento significativo respecto al precio financiado. En el ejemplo, el precio de contado es $908.999 frente a $1.149.999 con tarjeta de crédito, representando un ahorro del 20,96%.
- Inflación: Con inflación alta, pagar de contado puede ser ventajoso ya que evita intereses y pagos adicionales.
2. Crédito personal
- Tasa de interés: Actualmente, los préstamos personales tienen un CFT (Costo Financiero Total) del 153%. Pedir un préstamo para pagar de contado podría resultar en devolver mucho más que el precio financiado con tarjeta.
- Comparativa: En el ejemplo, un crédito personal para pagar la heladera de contado resultaría en un pago total de $2.299.770 en 12 cuotas, lo cual es más costoso que financiar con tarjeta de crédito.
3. Tarjeta de crédito
- Cuotas fijas: Se pueden encontrar opciones de cuotas fijas sin interés, aunque suelen implicar un precio más alto que el pago de contado.
- Costo total: En el ejemplo, financiar con tarjeta en 12 cuotas de $95.833 más el mantenimiento de cuenta resulta en un total mensual de $104.301.
- Licuación de deuda: Si la inflación es alta, el valor real de las cuotas puede reducirse con el tiempo, beneficiando al consumidor.
Análisis de inflación
- Umbral de inflación: Para que el pago en cuotas sea más ventajoso que el pago de contado, la inflación mensual debe superar el 5,3%.
- Expectativas de mercado: Según el REM, la inflación interanual esperada es de 63,3%, con una tasa mensual de 4,18%. En este escenario, pagar de contado sigue siendo más conveniente.
Decisión basada en el contexto económico
- Si se dispone del dinero: Pagar de contado es generalmente la mejor opción para ahorrar.
- Si no se dispone del dinero: Financiarse con tarjeta de crédito es más económico que un préstamo personal.
- Devaluación del dólar: Para quienes tienen dólares, venderlos para pagar de contado puede ser beneficioso si se espera una devaluación menor al 5,3% mensual.
Concluyendo, en un contexto de alta inflación, el análisis detallado y considerar la licuación de cuotas son esenciales para optimizar las decisiones financieras.