Cuidado con los "yuyos": qué remedios caseros pueden resultar tóxicos en niños

Curiosidades 29 de mayo de 2022 Por Director
Desde el eucalipto -que se usa como expectorante- y el alcanfor hasta la valeriana, la mayoría de estas especies pueden ser tóxicas si se utilizan en altas dosis. Advierten que el paico -se usa como digestivo- es muy peligroso. Una médica toxicóloga recomienda no administrar estos remedios en pequeños, y hacer la consulta médica.
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Hubo una época en que las madres ponían una hojita de ruda macho debajo de las almohadas, para que los niños durmieran bien: se creía que esa especie vegetal mataba los parásitos, incluso que alejaba los malos espíritus. "A la casa en la que hay ruda, Dios la ayuda", reza un viejo refrán. Las hojas de eucalipto, en agua hirviendo, se sigue utilizando para cuadros respiratorios: el "paciente" se pone una toalla o repasador sobre la cabeza, asoma su nariz a la olla donde está el "mejunje" e inhala: se cree que el eucalipto es expectorante, broncodilatador y mucolítico.

Algo parecido con el alcanfor, el mentol, la valeriana, el té de paico, de salvia y algunas otras infusiones muy habituales en la sociedad. Es que hay una arraigada creencia popular de que esos "yuyos" son medicinales y curan. Pero no es tan así: utilizados en altas dosis -y sobre todo en niños- pueden resultar tóxicos. Entonces, aparecen los mitos y verdades de estos remedios caseros.

"El principal problema con los remedios caseros es que no se tiene en cuenta ni la concentración ni el peso de la persona a la que se lo administra; y esto puede resultar peligroso, sobre todo para los más chiquitos e incluso recién nacidos. Hay casos en que se les pone manzanilla en la leche de la mamadera de los bebés. Eso es peligroso", advierte en diálogo con El Litoral la Dra. Silvia Martínez, médica toxicóloga (ver Quién es).

Expectorantes

Con respecto al eucalipto usado como expectorante, esto se trata de un cocimiento de las hojas (en agua hirviendo) y una inhalación. "La dosis que se inhala no se puede medir ni cuantificar. Entonces, si hay una dosis muy alta, esto puede ser riesgoso. En ciertas inhalaciones, cuando se inhala más de la cuenta, puede hacer el efecto contrario: puede producir una irritación, un broncoespasmo, incluso convulsiones. Esto más que nada está dicho sobre los más chicos", recalca Martínez.

El alcanfor para los resfríos es similar al uso que se le da al eucalipto. Pero en concentraciones altas, puede sobre estimular el sistema nervioso central. "Es imposible medir la concentración de lo que se da. En un 'puff' de un broncodilatador una persona sabe que tiene tantos miligramos de corticoides o de salbutamol. Pero en las fórmulas caseras no hay certezas. No son inocentes, todo lo contrario. El alcanfor puro es terriblemente tóxico", vuelve a advertir la médica toxicóloga.

Infusiones

El boldo es una de las infusiones digestivas más utilizadas. En una tomas habitual no es tóxico; pero -otra vez- en altas dosis, "el boldo puede llevar a diarreas, a un estado de somnolencia, hasta hipotonía de los músculos", explica. ¿Y qué pasa con la manzanilla? "Si un adulto toma uno, dos o tres tés de manzanilla, posiblemente no le pase nada. Pero el problema es que mucha gente pone manzanilla en las mamaderas (creyendo que así se calmará un bebé, por ejemplo). Eso no está bien", recalca la Dra. Martínez.

¿Y el té de salvia? "A ver: un adulto, si está relativamente sano, tolera casi todo. Pero estos tipos de especies, incluida la salvia, tienen aceites esenciales. Las sustancias ingeridas en altas concentraciones o bien en pequeñas dosis pero en poco peso (los niños), puede llegar a producir efectos adversos en el organismo".

El té de paico (es el yuyo más común, que crece en cualquier pedacito de tierra de las veredas) es altísimamente peligroso -alerta la médica toxicóloga-. Puede producir desde una gastroenteritis hemorrágica hasta problemas renales y hepáticos, e incluso convulsiones. "Tiene aceites esenciales y un ácido oxálico que es muy tóxico. Y la gente no hace té de paico, hace cocciones: pone hojas a cocinar, y así se le extrae mucho mayor cantidad de principio activo. Esto es muy peligroso", asegura.

Aquí aparece la creencia popular ante el "empacho", por caso: "¿Quién no escuchó alguna vez de una abuela decir: 'Este niño está empachado, hay que darle paico'? No, no hay que hacerlo. Incluso el tilo puede resultar tóxico, siempre hablando de altas dosis administradas y en los niños", advierte Martínez.

Sedante natural

La valeriana se toma con fines sedantes (incluso se consiguen en cápsulas, y son de venta libre en farmacias). En dosis normales para adultos, puede resultar efectiva. No obstante, en casos en que se le da a nenes chiquitos, puede producir somnolencia e hipotonía. "La hipotonía quiere decir que si se les da valeriana a los niños, probablemente tendrán debilidad, flacidez muscular, y se sentirán como flancitos. Y los bebés pierden el reflejo de la succión, no pueden succionar la mamadera", añade la especialista.

El anís estrellado (o estrella) es otro remedio casero utilizado, principalmente como antiespasmódico (para los gases de los recién nacidos) y en infusiones para niños. "Pero tiene un principio activo que se llama anetol. Con un cocimiento, su ingesta en abuso puede llevar a convulsiones, problemas renales y hepáticos. Y en un chiquito, uno de estos problemas no es broma, es algo a atender en serio", dice la Dra. Martínez. Esta sustancia puede alterar el sistema nervioso central, con probabilidad de convulsiones, temblor y excitación psicomotriz, seguido de depresión del sensorio.

-¿Cuál sería su mensaje a aquellas personas que utilizan estos remedios caseros en la actualidad?, preguntó por último este diario a la Dra. Silvia Martínez.

-Primero, en un chiquito que tiene síntomas (respiratorios, gastrointestinales, etcétera), mi sugerencia es que el papá o la mamá consulten a un médico, que vayan a un hospital, a una guardia médica. Porque todo lo que existe en materia de especies vegetales y que se transformó en mitos populares, puede llegar a ser tóxico. La recomendación: no darles a los chicos nada raro, y hacer la consulta médica. Es lo que decimos siempre.

Quién es
La Dra. Silvia Martínez es médica toxicóloga, a cargo del Servicio de Toxicología del Hospital Provincial de Rosario, que depende del servicio de salud público provincial. Además es docente universitaria (de Farmacología y Toxicología). También encabeza desde hace 30 años la Dirección del Centro de Toxicología de Rosario, en el área de salud privada.

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